Boletín “Economía al día” No. 3 marzo 2023

Agricultura de Consumo Interno y Agricultura de Exportación

Autor: Lic. Miguel Ángel Castro


En el aparato productivo guatemalteco sigue existiendo una presencia sobresaliente del sector primario, con características de ser rígido, rezagado y con poco dinamismo en su ya larga existencia respecto a otras actividades económicas, subordinado a requerimientos del mercado mundial, siendo la producción agrícola de exportación uno de los factores en que se sustenta, no así la que crea bienes agrícolas para el consumo doméstico. A Guatemala siempre se le ha denominado como un país eminentemente agrícola, calificación que se considera cuestionable, por el hecho que la vocación de sus tierras más bien es de carácter forestal, por una serie de características que presenta su geografía.

Esta configuración de la economía no es nueva, por tanto tampoco reciente, pues sus orígenes históricos se remontan al período colonial y postcolonial, a otros acontecimientos que han marcado el rumbo socioeconómico, como la Reforma Liberal en 1871 en especial por la introducción inédita de cultivos como el café para fines de exportación, llegando a una etapa de consolidación del aparato productivo en su vinculación con el mercado internacional a partir de la contrarrevolución en 1954, manteniendo tal condición en la actualidad, a la vez que permanece un divorcio con el mercado nacional.

La agricultura de exportación aparte de la dependencia con el mercado externo está sujeta a otras limitaciones, tal la demanda inelástica de sus productos, restricciones arancelarias y no arancelarias, limitación de cuotas, severas medidas de control sanitario, inestabilidad de precios internacionales. No obstante, se reconoce que es una actividad creadora de riqueza para un sector de la sociedad, siendo el aspecto más contradictorio la casi inexistente vinculación con la agricultura para destino interno, excepto por la participación de fuerza de trabajo campesina y jornaleros agrícolas asalariados vinculados a las diferentes fases que demanda la agricultura de monocultivo, con énfasis en la época de siembra y recolección de cosechas.