Boletín “Economía al día” 08/2012

EL RECUENTO DE LOS DAÑOS: EL USUFRUCTO ONEROSO “CASO FERROVIAS”

Autora: Licda. Herlem Isol Reyes López


INTRODUCCIÓN

La historia del ferrocarril y su desarrollo en Guatemala se remonta al gobierno del General Miguel García Granados (1871-1873), con la expropiación forzosa de los terrenos para las vías del ferrocarril y el desarrollo de proyectos para la construcción de las vías que conectaran con los Puertos en el Atlántico y Pacífico hacia la ciudad capital. Se estima que el ferrocarril fue introducido formalmente en el país en 1878. Para principios del nuevo siglo (año 1900), ya contaba con un total de 710 Kms. de vía principal, los cuales eran operados por cinco empresas privadas que sostuvieron concesiones cortas con el Estado de Guatemala. Posteriormente en 1901 fueron absorbidas por la empresa Guatemala Railway Company, denominada más tarde International Railways of Central America (IRCA) subsidiaria de la United Fruit Company, que concentró por muchos años el monopolio del servicio, gozando de prebendas sobre exenciones de impuestos y la captura de grandes cantidades de tierra aledañas a las vías del ferrocarril, convirtiéndolo en el mayor terrateniente de Guatemala, todo bajo la anuencia de los gobiernos dictatoriales de la época.

En 1968, durante el gobierno del Lic. Julio César Méndez Montenegro, se declaró la caducidad de la concesión al IRCA, y a partir de la fecha, el sistema ferroviario pasó a formar parte de la administración del Estado bajo las funciones de Ferrocarriles de Guatemala (FEGUA). A través del Acuerdo Gubernativo de fecha 27/12/1968, se constituyó como una empresa estatal descentralizada para adquirir derechos y contraer obligaciones que resultaran directa o indirectamente de la explotación de los servicios públicos de transporte ferroviario, servicios auxiliares, muellaje y demás operaciones portuarias que estuvieran a su cargo.

Durante la década de 1950, el ferrocarril en Guatemala constituyó el principal medio de transporte a nivel comercial, transportando alrededor de 2 millones de toneladas del total de las casi cuatro millones de toneladas que representaba la producción nacional. Las exportaciones de azúcar, café y banano, constituyeron la principal fuente para el transporte ferroviario durante la década de los años ´60, ´70 y ’80, con un volumen de carga que superaban las 600 mil toneladas respectivamente. Sin embargo unas décadas más tarde en 1994, el transporte de carga ferroviaria, se redujo sustancialmente a 200 mil toneladas, lo cual constituía una baja al 10% de lo que se transportaba en los años ´50, situación que anunciaba una paralización del servicio dos años más tarde (marzo de 1996) durante el gobierno de Álvaro Arzú, sustentada en la falta de rentabilidad del servicio y en la política de privatizaciones de las empresas estatales y la reducción del Estado, dictadas por organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.