Boletín “Economía al día” 02/2013

Guatemala: impactos económicos y humanos del cambio climático

Autora: Licda. Luz Polanco Sagastume


En los últimos años en el país se ha hecho evidente el cambio climático. Informes más o menos cuestionables, refieren que la situación de vulnerabilidad del país frente a los fenómenos ocasionados por el calentamiento del planeta. En , la organización Germanatch identificó a Guatemala como el segundo país a nivel mundial, luego de Paistán, con mayor riesgo al cambio climático. Este indicador revela que durante el período -, Guatemala ocupó el lugar número , con mayor riesgo al cambio climático2. El índice incluye en su medición los fenómenos climáticos extremos y los efectos socioeconómicos asociados, como las pérdidas humanas y materiales ocasionadas por huracanes, inundaciones o significativos períodos de sequía. En el caso de Guatemala, se registraron los efectos de fenómenos naturales como el Huracán itch, las Tormentas Tropicales Stan, Agatha, la Depresión E y acentuados períodos de sequía como el experimentado en y la sequía por extensión de la canícula ocurrida en 2012.

Tras este índice se manifiesta sin embargo no solamente, la mayor frecuencia de los desastres observada en los últimos años, el paulatino incremento de la temperatura o la reducción de los rendimientos agrícolas sino también la vulnerabilidad general de país, de los pequeños campesinos sin tierra o sin posibilidades de obtener asistencia técnica y crédito bancario accesible y barato. Los efectos del cambio climático se han intensificado en Guatemala debido a las condiciones estructurales que sostienen el contexto socioeconómico y político, y la desigualdad participa de esta ecuación, pues los huracanes, las tormentas y las sequías afectan más a las regiones más pobres, así como a las familias que tienen menos recursos, incluidas las tierras para trabajar.

1. Los efectos de la extensión de la canícula de julio de 2012.

En el presente año, como ocurrió en , hubo una disminución del período de lluvias debido al retraso de la canícula que afectó de manera particular a las comunidades que se asientan en llamado Corredor Seco, una franja que está ubicada en el oriente del país y que atraviesa los departamentos de Izabal, acapa, Baja erapaz, El Progreso, alapa, Chiquimula, utiapa y Santa Rosa. Se trata de una zona de tierras generalmente áridas en donde la dieta alimenticia de los pobladores se sustenta de manera particular el cultivo del fríjol y el maíz, cuyos rendimientos han venido disminuyendo como consecuencia de los fenómenos climáticos observados en la última década.