El impacto del crimen organizado en la seguridad ciudadana en Guatemala: análisis de las respuestas institucionales y percepción ciudadana
Autor: Mynor Francisco Bámaca Pérez
«La seguridad no puede ser sinónimo de miedo, sino de dignidad, equidad y justicia».
Michelle Bachelet
A lo largo de la historia la violencia en Guatemala no ha sido solo de diferente magnitud o intensidad, sino también de distinta naturaleza, no es un secreto que tal fenómeno y sus diferentes manifestaciones, ha sido recreado por una cultura autoritaria, donde el problema estructural se fija en las desigualdades, que llevan a expresiones de inequidad, exclusión y opresión. Ante un débil tejido social las características como la violencia política exacerbada por el autoritarismo, la militarización y el uso de la represión, como respuesta a los conflictos por demandas de justicia y acceso a las oportunidades de desarrollo.
La promoción del desarrollo humano equitativo y sostenible, los derechos humanos y la seguridad en el marco de un estado democrático constituyen propósitos fundamentales del Programa de las Naciones Unidas en Guatemala. Las principales causas del deterioro de una buena calidad de vida es la inseguridad y la violencia, que además impactan en las oportunidades de generar mayores niveles de desarrollo humano.
Pero ¿Qué es la inseguridad? El Observatorio de Derechos Humanos y Gasto Social (ODGS) la define como la falta de confianza, estabilidad o protección la cual se puede manifestar en distintos niveles como en lo personal, social, económica o física. Es una sensación constante de amenaza que puede afectar la forma en que las personas se relacionan consigo mismas y el entorno. Por otro lado, está la inseguridad social o ciudadana, la cual se refiere al deterioro de las condiciones que garantiza la seguridad pública. Con la presencia del crimen organizado, la corrupción institucional, la falta de justicia hace que la inseguridad crezca más hasta llegar al punto de la desconfianza en las autoridades.
