El Dilema de la Inflación
y la Supuesta Resiliencia de la Economía y de la Población
Autor: MSc. Edgar A. Marroquín López
Investigador del IIES
La teoría neoclásica, en su versión monetarista, las autoridades económico-monetarias y el neoliberalismo, imperante en muchas entidades de enseñanza y centros de pensamiento económico, se han empeñado con énfasis en afirmar de forma paradigmática dos supuestos económicos: que la inflación es un fenómeno eminentemente monetario y que la estabilidad macroeconómica es sinónimo de bienestar social.
1. Algunas Consideraciones Teóricas y Evidencias Prácticas Sobre la Inflación
Desde la teoría cuantitativa del dinero se afirma que la inflación tiene un origen monetario, ya que los precios de las mercancías y servicios se realizan y se expresan con dinero, dándose el alza inflacionaria cuando en los agentes económicos existe un exceso de este recurso como medio para la adquisición de los bienes o servicios, haciendo presión para el incremento de sus precios por efecto del exceso de oferta de dinero sobre la demanda de mercancías y
servicios, con una producción relativamente fija en términos reales. La inflación se produce entonces cuando, en una sociedad y en un tiempo específico, se rompe el equilibrio necesario entre una determinada cantidad de dinero (masa monetaria) y un determinado nivel de producción de bienes y servicios.
El razonamiento implícito de esta afirmación es que la inflación se provoca por el lado de la demanda, ya que ese exceso de dinero lo poseen los agentes económicos demandantes (especialmente las familias), que con su natural propensión al consumo presionan la subida general de los precios. Con este supuesto, la medida inmediata antiinflacionaria adoptada por las instituciones monetarias y económicas sería reducir o quitar ese exceso de dinero en los consumidores a través de diferentes mecanismos monetarios y salariales tradicionalmente conocidos y aplicados