Fomento al empleo de personas mayores y la iniciativa 5837
Autora: Dra. Herlem Isol Reyes López
La rápida transición demográfica que están experimentando las sociedades es una realidad a nivel global que plantea desafíos importantes en los mercados de trabajo. Los cambios asociados con la fertilidad por debajo del nivel de reemplazo, el aumento de la esperanza de vida al nacer y la disminución de la mortalidad, transforman la estructura por edades y la razón de dependencia demográfica, pasando gradualmente de sociedades jóvenes a sociedades envejecidas, con un impacto directo en la fuerza laboral y productiva de los países.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), analiza la transición etaria a partir de cuatro diferentes grupos de edad; población juvenil (0-19 años), adultos jóvenes (20-39 años), adultos (40-59 años) y personas de edad o adultos mayores (60 años o más); categorías que a su vez delimitan a la población en edad de trabajar (20-64 años) y a la población económicamente dependiente (de 0 a 19 años y mayores de 65 años) (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2018).
No obstante, de la clasificación etaria que define la CEPAL, la composición por grupos de edad para referirse a la Población Económicamente Activa (PEA) y población en relación de dependencia, puede variar de acuerdo con los criterios y normas jurídicas nacionales e internacionales de cada país que se trate. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) a través del Convenio 138 delimita la edad mínima para el empleo, estableciendo la edad de 15 años o inclusive 14 años cuando no interfiera con la formación escolar y/o la actividad a realizar no ponga en riesgo la salud y seguridad del menor (International Labour Organization, 1973).
