Boletín “Economía al día” No. 03/2017

GUATEMALA: UN ESTADO QUE MANTIENE A SU JUVENTUD EN PELIGRO

Autor: Lic. Axel Ely Ruch Molina


Introducción

El Estado de Guatemala es el encargado de garantizar la vida de las personas como específicamente se establece en los Artículos 2 y 3 de la Constitución Política de la República de Guatemala, responsabilidad que evidentemente es incapaz de cumplir pues los datos estadísticos sobre muertes violentas y no violentas lo indican. A diario nos enteramos a través de los medios de información, escritos, radiales y televisivos y las rede sociales que tantas o cuantas personas fueron víctimas mortales de individuos y bandas delincuenciales, o de ejecuciones extrajudiciales en contra de activistas que defienden los recursos naturales de sus comunidades y del país, aunque también en los centros encargados de la salud de la población mueren personas porque ésos establecimientos carecen de los recursos mínimos para atender a los requirentes de atención médica, sin dejar de mencionar la desprotección que sufre la juventud que se ve envuelta en el torbellino de la violencia, como sujeto activo y como víctima por los niveles de pobreza existentes en el país, sostenidos y patrocinados por un Estado que defiende los interese de una clase social acostumbrada a mantener sus privilegios con base en un sistema económico y social que se nutre de la violencia.

La indiferencia del Estado hacia la seguridad y la protección de la vida de las personas y la solución de otros problemas vitales de una parte mayoritaria de la sociedad que supuestamente representa, es muy evidente, no es gratuito que se le califique como un ente compuesto por individuos discriminadores, excluyentes, racista, prepotentes, autoritarios, despectivos y otros adjetivos que le aplican a los seres humanos sometidos a su poder, que durante su existencia ha mantenido violentamente en la pobreza, utilizando los muy apretados estándares económicos impuestos por el Banco Mundial y otros métodos de violencia social, a los pueblos originarios, legítimos propietarios de este país.